Se esperaba más de la mesa redonda entre Leire Pajín y Soraya Sáenz de Santamaría. Los estudiantes, al menos, consideran que no ha habido debate y que ambas ponentes se han dedicado a hacer y decir lo de siempre: Mi partido, mi partido, mi partido... Los temas políticos han brillado por su ausencia y del debate, ni hablemos.
Ambas participantes han señalado la posibilidad de que los ciudadanos participen en el debate político, de la libertad que internet ofrece... pero resulta paradójico que ante este aumento de libertad y de opinión el interés por la política no siga la misma corriente.
Soraya Sáenz de Santamaría ha afirmado la necesidad de dignificar la tarea política, algo que Leire Pajín ha corroborado. Sin embargo, no soy la única que se pregunta si esas palabras, son, como casi siempre, sólo palabras.
La intención es buena, pero tal vez debieran empezar por dejar de lanzarse cuchillos entre los partidos, dejar de acusar a diestro y siniestro al contrincante, y dejar de exculparse cada minuto para que los jóvenes empecemos a creer en la política de nuevo. El mismo "debate" que hemos presenciado ha sido una mera exposición calculada para exaltar las virtudes propias y no ha servido para confrontar ideas y repensar algunos temas.
¿Dónde está el debate del que tanto han hablado una y otra? ¿Ese debate en el que el ciudadano es tan activo, tan participativo que puede llegar a construir el sistema? Que aparten los gritos, los elogios propios y dejen de mirar su ombligo para sentarse a hablar, discutir con coherencia y creen un verdadero coloquio. Que miren de verdad a la política para que entonces los jóvenes nos giremos y la observemos también.
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